A la hora de educar a los chavales en la fotografía lo primero que hay que inculcarles és la importancia de observar en la vida. Que utilizen su cabeza como si fuera una cámara hacerles descubrir cómo la luz solar hace cambiar el color de unos edificios, cómo hay baldosas de la calle con formas extrañas o qué singulares y únicas son siempre las sombras. Pienso que es importante que se empiece con el sistema analógico, pues obliga a retener en su memoria la fotografía que ha hecho y luego que te sorprenda cuando se revele. A diferencia del sistema digital, se ha de estar muy seguro de lo que quieres inmortalizar, se tiene una infinidad menor de prueba, no puedes disparar 1000 veces a lo mismo. A los niños les impacta utilizar una cámara analógica, pero les inculcas seguridad, paciencia y rigurosidad a la hora de hacer la selección. Aquellos a los que se les puede intuir un don para este bello hobby, aprenden que es preferible perder un buen rato para hacer una buena foto, que cuatro ratos en la post-producción. Luego existe algo que va más allá de la fotografía en si, y es el aprendizaje vital que produce cuando te acercas a ella. El hecho de trabajar con algo que no puedes manipular, les hace ser conscientes de que el instante no se puede cambiar, que los momentos són únicos e irrepetibles, hay que disfrutar cada uno de ellos, asi es también la vida.
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